Llega la hora de comer y probamos un restaurante que aquí llaman Yainiku. Consiste en poner lo que te vayas a comer en una plancha de freir que hay en la mesa. Sólo lo había probado antes en un restaurante filipino que hay en Madrid. Aquí lo gracioso es que te lo haces todo en la plancha, desde la carne a la pasta y hasta nos comemos una tortilla con gambas.
Después de comer nos damos una vuelta por el barrio. Encuentro un puesto de lotería. No me había fijado antes.
Más cubos de basura. Eso sí, no encontrarás papeleras por la calle.
Nos vamos de compras y las japonesas no paran de comprar y de consumir. Todas van impecables.
Japonesas a la última, con bolsas y móviles.
Al loro los tacones. La mayoría no sabe andar con ellos pero a pesar de todo no dejan de sonreir.
También hay videojuegos que puedes probar en la calle. Aquí la Nintendo DS.
O monstruos en la fachada de las tiendas, como éste.
Se mezclan con tiendas subterráneas donde vendían disfraces y lencería.
O hacia arriba, con tiendas de DVD porno, con carteles de titis explícitos.
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