Buscamos un karaoke en la zona y entramos al Karaoke Pasela. No hablan inglés pero tienen una especie de carta en inglés. Pagas por medias horas, con un mínimo de una hora, y tienes la opción de poder comer (que pagas) y de poder beber todo lo que quieras por unas 300 pelas cada uno. De esta forma, saben que te vas a tirar más de una hora, y así gastas sin darte cuenta al querer beber y beber más.
Nos asignan una habitación privada para cuatro, con una mesa de madera, bancos, una tele plana y unas vistas alucinantes, como las que se veían en el karaoke de Lost in translation.
La mecánica es simple. Tienes un aparato sin cables donde tecleas el nombre del cantante y te salen listas de canciones.
Eliges una y aparece en la tele un vídeo con sólo la sintonía y las letras. Cantar es difícil pero si encima sólo tienes la melodía ya es lo peor. No puedes cortar la canción a no ser que apagues el aparato (el Vogue de Madonna se almacenó tres veces y nos volvió locos) y a veces son tela de largas. Así que en hora y media que estuvimos nosotros sólo pudimos entre que no sabíamos cómo funcionaba, las risas, comer y beber, unas diez canciones.
Aquí haciendo el ridi.
Jose, a lo Jim Morrison.
El dueto de hermanos emulando a Pharrell.
Al cachondeo!
8.10.06
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